Esta es una de las muchas recetas de mi madre, a quien le salen las croquetas como a nadie. Tienen un gusto tan exquisito y una cremosidad que no pararías de comer. Son las preferidas de mis hijas.

¿Qué le ponemos?

  • 500 gr. de lenguado limpio y sin espinas
  • 500 ml. de leche
  • 3 cucharadas soperas de harina
  • Aceite de oliva
  • 1 cebolla
  • Nuez moscada, pimienta blanca y sal

Para rebozar:

Harina, 2 huevos, harina de galleta y aceite de oliva

¿Cómo lo hacemos?

  1. Es mejor que el lenguado sea fresco, las croquetas ganan en sabor. Pediremos en la pescadería que nos lo dejen sin espinas, tendremos menos trabajo.
  2. Lo lavaremos, lo cortaremos en trozos y lo pondremos a hervir con la leche y un poco de sal. No más de 2 minutos. Colaremos la leche y reservaremos el lenguado y también la leche.
  3. En una sartén pondremos un buen chorro de aceite de oliva y rallaremos la cebolla. Dejaremos que se haga a fuego lento. Una vez hecha, añadiremos la harina y la dejaremos cocinar. Acto seguido iremos añadiendo la leche que teníamos reservada y con unas varillas iremos ligando. Salpimentaremos y añadiremos también una pizca de nuez moscada.
  4. Una vez tengamos la bechamel, incorporaremos el lenguado y lo cocinaremos hasta que nos quede una masa bien fina y homogénea. Dejaremos enfriar en la nevera hasta el día siguiente.
  5. Al tener la masa fría trabajaremos mejor las croquetas. Con dos cucharas daremos forma a cada croqueta, la pasaremos por harina, luego por huevo y finalmente por el pan rallado.
  6. Las freiremos en abundante aceite de oliva, bien caliente, y dejaremos que escurran el exceso de aceite colocándolas sobre papel de cocina.
  7. Si no queremos hacerlas todas las podemos congelar sin problemas.
  8. Veréis lo deliciosas que son.
¡ESPERO QUE OS GUSTEN!!!!

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